Hablar de energía es hablar de vibración. El cuarzo es pura energía universal (materia prima del universo). Es el ADN de la tierra y debido a sus propiedades moleculares y a través de una descarga eléctrica es capaz de transformar, absorber, equilibrar y proyectar energía en la masa con la que toma contacto.
¿Cómo nos podemos beneficiar de esa energía?
El organismo humano está formado por un cuerpo físico y por un cuerpo energético, así pues, la energía es inseparable de la materia y necesaria para que un ser vivo esté en movimiento. Cuando nos sentimos enojados, acalorados, agresivos, etc., nuestra frecuencia energética cambia alterando las funciones del cuerpo a nivel orgánico. El pensamiento negativo y las situaciones de estrés prolongadas provocan un desequilibrio químico interno que pueden desencadenar enfermedades, especialmente cuando estos estados emocionales suceden de forma continuada. En cuanto a nuestro sistema energético, éste está formado por puntos emisores y receptores de energía llamados chakras responsables de nuestra salud, así como de nuestro estado de ánimo, tan influenciable por las emociones negativas. El cuarzo, al entrar en contacto con las manos, reacciona al calor y la presión con una descarga eléctrica, emitiendo vibraciones capaces de equilibrar las frecuencias que no están en armonía hasta entrar en total equilibrio con la persona y restaurar su salud.
También las llaman gemas protectoras.
Por sus propiedades, los cristales de cuarzo nos pueden proteger de la energía negativa creada en nuestro campo electromagnético, en el hogar, en el coche, en el trabajo, y en definitiva, en aquellos ambientes densos, ya que estos absorben a la energía densa y la transforman.